HAGAS LO QUE HAGAS, LA VIDA ES UN MISTERIO
La mente tiene problemas para aceptar la idea de que hay cosas inexplicables. La mente tiene un gran deseo de explicarlo todo… y si no lo explica, ¡al menos de justificarlo! Todo lo que es un enigma, una paradoja, sigue causando preocupación en la mente.
La historia de la filosofía, de la religión, de la ciencia, de las matemáticas, tienen el mismo origen, la misma mente… el mismo prurito. Tú te puedes rascar de una manera y otra persona de otra… pero tienes que comprender el prurito. El prurito es la creencia de que la existencia no es un misterio. La mente sólo está cómoda cuando se desmitifica la existencia.
La religión lo ha conseguido creando a Dios, al Espíritu Santo, al Hijo encarnado de Dios; cada religión crea algo diferente. Es la forma de cubrir un agujero que no se puede cubrir; hagas lo que hagas el agujero sigue ahí. De hecho, cuanto más lo cubres, más énfasis haces en él. El mismo esfuerzo de cubrirlo muestra tu miedo de que alguien pueda llegar a verlo.
La historia de la mente, en sus diferentes ramas, ha estado poniendo parches; especialmente en las matemáticas, porque las matemáticas sólo son un juego de la mente. Hay matemáticos que no creen que esto sea ver, igual que hay teólogos que creen que Dios es una realidad. Dios es sólo una idea. Si los caballos tuviesen ideas, su Dios sería un caballo. Puedes estar absolutamente seguro de que no será un hombre, porque el hombre ha sido tan cruel con los caballos que sólo le pueden concebir como el demonio, y no como Dios. Pero, todos los animales tienen su propio concepto de Dios, del mismo modo que la raza humana tiene su concepto de Dios.
Cuando la vida es misteriosa y encuentras huecos que no puedes rellenar con la realidad, los sustituyes por conceptos. Rellenas esos huecos con conceptos; empiezas a sentirte satisfecho porque por lo menos entiendes la vida.
¿Alguna vez has pensado en la palabra ?.
Significa que algo está debajo de ti. Es curioso que esta palabra haya adoptado un significado que, poco a poco, se ha ido alejando de la idea original: eres el amo de todo lo que está debajo de ti, de lo que tienes en tus manos, de lo que está bajo tu poder, bajo tu suela.
La gente ha intentado entender la vida del mismo modo para poder ponerla bajo sus pies y declarar: «Somos los amos. Ahora no hay nada que no podamos entender. »
Pero no es posible. Hagas lo que hagas, la vida es un misterio y seguirá siendo un misterio.
EN TODAS PARTES HAY UN MÁS ALLÁ.
Estamos rodeados por el más allá. Ese más allá es Dios; tienes que penetrar en el más allá. Está dentro, está fuera, siempre está ahí. Pero si te olvidas de que existe… esto es lo que solemos hacer normalmente, porque es incómodo mirar al más allá, es embarazoso. Es como mirar un abismo, empiezas a temblar, te sientes mal. Basta con ser consciente de que hay un abismo para que empieces a sentir miedo. Nadie mira al abismo; miramos en otras direcciones, evitamos la realidad. La realidad es como un abismo, porque la realidad es un gran vacío. Es un vasto cielo sin límites.
Buda dice durangama:
Estate abierto al más allá. No te pongas límites, rebasa los límites. Pon límites si los necesitas, pero recuerda que tienes que traspasarlos. No fabriques prisiones.
Creamos muchos tipos de prisiones: las relaciones, las creencias, la religión, todos ellos son prisiones. Te sientes cómodo porque no sopla viento fuerte. Te sientes protegido, aunque la protección sea falsa, porque llegará la muerte y te llevará al más allá. Antes de que llegue la muerte y te lleve al más allá, vete por tu propio pie.
Os dejo este cuento :
Un monje zen estaba a punto de morir. Era muy viejo, tenía noventa años. De repente, abrió los ojos y dijo: —¿Dónde están mis zapatos?
El discípulo le respondió: —¿Adónde vas? ¿Te has vuelto loco? Estás muriéndote, y el médico ha dicho que no tiene remedio, sólo te quedan unos minutos más.
—Por eso quiero los zapatos —dijo—, me gustaría ir al cementerio, no quiero que me arrastren hasta allí. Iré por mi propio pie y me encontraré allí con la muerte. No quiero que me arrastren. Y ya me conoces, nunca me he apoyado en nadie. Sería horrible que me tuviesen que llevar cuatro personas. No.
Fue caminando hasta el cementerio. Y no sólo eso, sino que cavó su propia tumba, se acostó en ella y murió. ¡El coraje de aceptar lo desconocido, el coraje de ir por tu pie y darle la bienvenida al más allá! Entonces, la muerte se transforma, la muerte ya no es muerte.
Un hombre tan valiente no muere nunca; la muerte es derrotada. Un hombre tan valiente va más allá de la muerte. Entonces, el más allá le da la bienvenida. Si te das la bienvenida al más allá, el más allá te da la bienvenida; el más allá siempre te devuelve un eco.
OSHO